¿Qué tipo de pan es ideal para un club sándwich?

El mejor pan es aquel que tuesta bien y es lo bastante firme para sostener capas de relleno. Las rebanadas deben ser de grosor medio y conviene tostarlas para aportar textura crujiente y ayudar a manejar los ingredientes jugosos. Un pan suave pero ligeramente denso ofrece un gran equilibrio entre estructura y ternura, facilitando el bocado a través de las capas. El sabor no debe ser demasiado dominante para no eclipsar el relleno. El pan blanco o el pan multigrano son excelentes opciones por su textura robusta y su ligera acidez, que realza el conjunto.

¿Por qué un club sándwich lleva tres rebanadas de pan?

Para crear dos niveles de relleno. Así, cada bocado incluye un poco de todo con una proporción perfecta entre pan y relleno. Las tres rebanadas separan el contenido en dos secciones: normalmente, una con los ingredientes más jugosos (como pollo y tomate) y otra con los menos jugosos (como cebolla y bacon). Suele haber lechuga en ambas capas. La rebanada central también aporta estabilidad para que las capas se mantengan separadas y el sándwich, firme.

¿Cómo debo guardar las sobras de club sándwich?

Si te sobran, guárdalas correctamente para disfrutarlas más tarde. Lo ideal es comer el sándwich guardado dentro de las 24 horas para lograr el mejor sabor y textura; después empieza a perder frescura. Envuelve el sándwich bien apretado en papel de horno o film/plástico y consérvalo en la nevera (hasta 3–4 días).

Club sándwich

40 min tiempo de cocción

Prepáralo y disfruta con nuestra receta casera de club sándwich, llevando el clásico a nuevas alturas. Este icono ofrece capas de jugoso pollo y bacon salado, junto con la frescura de lechuga crujiente, tomates maduros y finas rodajas de cebolla morada. Sírvelo para un almuerzo épico o añade guarniciones para convertirlo en una cena fácil, y disfruta de cómo todo se funde deliciosamente.

Club sándwich

40 min tiempo de cocción

Ingredientes

1 porciones

Lurpak® Untable con sal

6 rebanadas de pan blanco de masa madre

2 pechugas de pollo con piel

8 rebanadas de bacon, cocinadas

1 lechuga

2 tomates medianos, en rodajas

1 cebolla roja pequeña, cortada en rodajas finas

1 cda. de aceite neutro

Escanear para ver la receta en la web

Método

Precalienta el horno a 180 °C (170 °C con ventilador).

Para un club sándwich clásico, ajusta la tostadora u horno a calor medio-alto y tuesta el pan hasta que esté dorado por fuera y tierno por dentro. Deja que las rebanadas se enfríen antes de montar el sándwich. Eso evita que los ingredientes se empapen.

Unta las pechugas de pollo con el aceite, colócalas en una fuente apta para horno y ásalas 15–20 minutos, hasta que estén doradas.

En lugar de untar el pan después de tostarlo, puedes hacerlo antes. Unta todas las rebanadas por ambos lados y tuéstalas en una sartén o en el horno, dándoles la vuelta para que se doren por ambos lados. Quedarán más crujientes y con un sabor aún más mantecoso.

Tuesta el pan por ambos lados y úntalo con mantequilla. Unta la rebanada central por ambos lados.

Coloca lechuga, tomate y lonchas de pollo sobre la rebanada inferior. Pon encima la rebanada central y añade más lechuga, el bacon y la cebolla morada. Cierra con la tercera rebanada y fija con un pincho de madera.

Preguntas sobre el clásico club sándwich

Conviértete en experto en club sándwich con nuestras respuestas a las dudas más frecuentes sobre este icono.

El mejor pan es aquel que tuesta bien y es lo bastante firme para sostener capas de relleno. Las rebanadas deben ser de grosor medio y conviene tostarlas para aportar textura crujiente y ayudar a manejar los ingredientes jugosos. Un pan suave pero ligeramente denso ofrece un gran equilibrio entre estructura y ternura, facilitando el bocado a través de las capas. El sabor no debe ser demasiado dominante para no eclipsar el relleno. El pan blanco o el pan multigrano son excelentes opciones por su textura robusta y su ligera acidez, que realza el conjunto.
Para crear dos niveles de relleno. Así, cada bocado incluye un poco de todo con una proporción perfecta entre pan y relleno. Las tres rebanadas separan el contenido en dos secciones: normalmente, una con los ingredientes más jugosos (como pollo y tomate) y otra con los menos jugosos (como cebolla y bacon). Suele haber lechuga en ambas capas. La rebanada central también aporta estabilidad para que las capas se mantengan separadas y el sándwich, firme.
Si te sobran, guárdalas correctamente para disfrutarlas más tarde. Lo ideal es comer el sándwich guardado dentro de las 24 horas para lograr el mejor sabor y textura; después empieza a perder frescura. Envuelve el sándwich bien apretado en papel de horno o film/plástico y consérvalo en la nevera (hasta 3–4 días).

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Sírvelo con tu guarnición favorita

Mima tu sándwich con el acompañamiento perfecto. Para el almuerzo, está genial tal cual, pero para la cena los acompañamientos redondean el plato. Sírvelo con gajos de patata crujientes, ligeramente especiados y horneados a la perfección, o elige patatas chips clásicas para un bocado salado y crujiente. Si prefieres algo más ligero, una ensalada de patata estilo griego aporta frescor, mientras que una ensalada verde sencilla con aliño ligero o una vinagreta viva ofrece un equilibrio refrescante.

Inspírate con otras recetas de sándwich para montar un gran surtido de picnic o un buffet. Con o sin guarniciones, es una idea estupenda para reuniones o una solución fácil para comer o cenar con amigos. Echa un vistazo a nuestras recetas de panini de mozzarella y jamón, sándwich de halloumi con verduras, sencillo y sabroso sándwich de bacon o el clásico sándwich de salmón y aguacate.

Haz tuya la clásica

Prepara una mantequilla aromatizada batiendo mantequilla con un buen puñado de hierbas frescas (perejil, cebollino, tomillo y eneldo) en un procesador. Puedes añadir ajo para un extra de sabor. Mezcla bien y úsala para untar las tostadas o para cubrir las pechugas antes de hornear y sumar una capa deliciosa. Eleva tu club sándwich con mayonesa saborizada. Mezcla mayonesa con pesto de albahaca para un toque herbáceo y fragante, o combínala con tomate seco triturado para un impulso sabroso y ácido. Sube la contundencia añadiendo queso: una loncha de cheddar aporta un sabor más intenso, mientras que el suizo añade notas suaves y a nuez. Para una sensación similar, añade láminas de aguacate maduro, que aportan cremosidad. O, si prefieres otras verduras, finas rodajas de pepino añaden un crujido refrescante, mientras que el pimiento rojo asado suma dulzor y un sutil toque ahumado.

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